Como mejorar la distribución de tu vivienda? como eliminar esas particiones innecesarias? pero sin reducir el número de estancias, para mantener intacto el valor del inmueble?
Como mejorar la distribución de tu vivienda comunicando espacios? pero sin que por ello se pierda la intimidad de las estancias más privadas.
Sigue leyendo, porque el proyecto de reforma para esta vivienda de 75 m2 barcelonesa, es una contundente respuesta a esas preguntas.
Su resultado que aquí te mostramos parcialmente y que puedes ampliar en el enlace, es homologable a un sin fin de viviendas de tipología y dimensiones semejantes. con ello constatamos que el diseño y la experiencia de los interioristas, no están reñidos con los presupuestos ajustados o las viviendas de menor tamaño.
El encargo inicial del proyecto consistía en:
1.- Mantener el valor actual de la vivienda en cuanto a número de estancias, teniendo en cuenta la posibilidad de venderlo a futuro;
2.- Conseguir un espacio mucho más atractivo en cuanto a la distribución e iluminación;
3.- Difuminar la presencia del corredor o pasillo, integrándolo y haciéndolo protagonista de la vivienda como elemento comunicador y vivible.
Adicionalmente se optimizaron los recorridos, y se independizaron los espacios más públicos de los más privados.
De esta forma, el proceso de diseño empezó por dividir la vivienda en dos partes: una privada y una pública. Intercambiando con éste fin, las ubicaciones de la cocina, cuarto de baño y vestidor. La habitación principal ahora en posición adyacente al cuarto de baño y al vestidor, ofrecía la posibilidad de comunicarse con éstas estancias mediante un itinerario privado e independiente, convirtiéndola en una habitación “en suite”. Mientras que la cocina, en su nueva ubicación, se abría de forma natural hacia el área social a través de un pasillo y accesos ensanchados.
Esta área social, en el ala de la fachada principal de la vivienda, transcurre alrededor de una gran mesa de madera que separa las tres estancias aquí ubicadas: zona de estudio, zona de comedor y salón. Sobre esta mesa destaca una lámpara con carril superior que permite adaptarla a diferentes usos y que pende desde un techo de bovedilla catalana con vigas de madera restauradas. Al fondo, la pared de ladrillo visto, bañada con una tenue luz indirecta, recuerda la herencia histórica y arquitectónica del edificio catalogado, y dialoga de forma armoniosa con los pavimentos de baldosa hidráulica originales, recuperados y pulidos, para darles nueva vida y vigencia estética. Sobre él se ha dispuesto una alfombra persa de área, que delimita un salón que mira a través de dos balcones imponentes sobre el magnífico Paseo St. Joan de Barcelona.